jueves, 11 de agosto de 2011

Pasen por la puerta

Recuerdo haberme divertido de pequeña al ver a un personaje de dibujos animados preocuparse por pasar exactamente a través del espacio limitado de una puerta que se encontraba en mitad de una playa, de un bosque o de la arenosa extensión de un desierto. Me parecía una actitud muy cuerda por parte del protagonista animado, y quizá eso era para mi lo más divertido, que se plantaba delante de esa incongruencia con bisagras.



Luego yo, como buena imitadora de conductas, me encargaba en mis juegos de marcar mi propia puerta de acceso en mis espacios de imaginación. De explicar que una línea de piedras, de zapatillas puestas en fila o una línea de arena amontonada, eran en realidad un muro alto y fuerte a prueba de bombas. Un muro que limitaba mi casa o mi tienda o mi lugar de juegos. Un muro cuyo único acceso era una puerta, siempre abierta a quien pasara por ella.


Ahora, adulta, llevo en mi bolso muchas llaves. Necesarias todas para entrar, salir, cerrar o prestar incluso a quien se ha olvidado la suya. Las necesito porque los lugares a los que accedo tienen de verdad muros altos y fuertes.
El día que me dieron mi primera copia de llaves celebré el acceso a la responsabilidad, a la libertad y a un mundo en el que no hace falta explicar cuál es la puerta de acceso porque son de verdad. Son puertas de verdad que están limitadas por muros de verdad, no solo un espacio de arena borrada.

Este espacio que hoy acabo de limitar es mi nueva puerta. Más perecida a la de mis juegos de niña que a las de mi rutina de adulta.
Similar a esa abertura entre las zapatillas de estar en casa puestas formando un cuadrado sobre la alfombra o a ese espacio de acceso a un círculo de piedras sobre la hierba.

Un acceso casi imaginario en mitad de una playa, en mitad de un bosque o en medio de la arenosa extensión de un desierto.
Así que por favor, pasen por la puerta.

Simplementelena

4 comentarios:

  1. Que bueno Ele! Me ha encantado!!
    Ramón de Aza

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  2. Muy bonito! Te mando un beso grande y mucho animo con el blog!

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  3. Pues ánimo que acabas de entrar en una habitación muy grande y con muchas cositas que ver. Pero ojo, que engancha!
    Cuidadín no pierdas las de mi casa entre tanto lio de llaves.

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  4. Ya sabes que yo de vez en cuando me salto las barreras... a lo mejor me cuelo por tu ventana, así que por favor, deja abierta una rendija pequeña para que pueda entrar en tu vida por cauces ilegales.
    Me gusta sentirte viva.
    Fdo: la primera de seis

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